Víctor González Martínez

Autor

Nacido en 1976 en Esplugues de Llobregat (Barcelona), es padre de dos hijos: Pau y Èric, a los que se les añaden dos más de regalo: Nacho y Pablo, con quienes crea fantásticas y alocadas aventuras, compaginando el ejercicio de la abogacía con la escritura infantil y juvenil. Algunas de estas historias, toman ahora forma escrita en su opera prima "Romancero Pirata" de Apuleyo ediciones, gracias al empuje de la que siempre ha sido su musa e inspiración: Helena.

Cristina Achiaga Urbiola

Ilustradora

Cristina Achiaga (Barcelona, 1982) es una ilustradora hispano-suiza licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo. Desde siempre fue una apasionada del dibujo, pero no fue hasta 2020 que decidió dejar su trabajo en el ámbito de la comunicación y dar el salto a la ilustración infantil. Desde entonces ha trabajado ilustrando cuentos con un estilo propio y autodidacta. Puedes encontrar parte de su trabajo en www.manlucillustrations.com y en su cuenta de instagram @manluc_illustrations

Elena Pilar Alonso Rodríguez

Asesora psicopedagógica y de educación en valores

Madrid, 1977. Maestra de Educación Especial, Primaria e Infantil, Licenciada en Psicopedagogía y Máster en Atención Temprana y en Neuropsicología y Mindfulness en la edad escolar, actualmente es coordinadora de bienestar y protección infantil en un colegio público de Madrid. Madre de Nacho y Pablo, ha dedicado toda su vida a la enseñanza, disfrutando al comprobar el irremediable despertar que convierte a los niños en buenas personas.

Apuleyo Ediciones

Editorial

La historia de Apuleyo ediciones se remonta a 2015, aunque tal vez empezara a principios de los 90, cuando un niño se entusiasmaba con las colecciones de cuentos que encontraba en las estanterías de la casa de sus padres. Los primeros libros editados, publicados y comercializados por aquél niño ya entrado en los 30 fueron un poemario de un compañero de universidad y la novela de un desconocido con el que luego estableció una buena amistad. Aquellos pasos se daban con las chancletas propias de las ferias veraniegas de libros en pueblos costeros y con una centena de carteles bajo el brazo que terminaban pegados en las puertas de cristal de algunas librerías de pequeñas y grandes urbes. Con los pies en el suelo y añadiendo talento humano a la editorial, los pasos individuales comenzaron a ser los de un fantástico equipo de trabajo que tuvo que tomar decisiones, especialización, valores añadidos, trato humano y trabajo sobre todo eso, esfuerzo y mucha dedicación. A día de hoy, la sopa de hacha (uno de esos cuentos infantiles leídos en los 90) está llena de autores y autoras con talento, de ilustradores con arte y de un conjunto de personas dedicadas y capaces que vienen cada día a las instalaciones de la editorial con el firme propósito de sacar a la luz, distribuir y promocionas, libros pensados para niños y destinados a las familias, los nuestros, los de nuestros lectores, los de todos.